lunes, 17 de marzo de 2008

LA PIEL DEL RECIEN NACIDO

La piel del niño, y sobre todo la del recién nacido, tiene características especiales que la hacen diferente en relación a la del adulto. Desde el punto de vista físico la piel del recién nacido es 40 a 60 por ciento mas delgada y la relación superficie corporal con respecto al peso es cinco veces mayor, lo que le confiere mayor permeabilidad a muchas sustancias.

Esto aumenta el riesgo potencial de toxicidad por agentes aplicados sobre la piel, por lo que los medicamentos que se administran en ella (cremas, pomadas, ungüentos, etc.) no pueden ser utilizados en la misma concentración y duración que en el adulto.

Asimismo, la piel mas delgada favorece la perdida de agua y calor, evento más importante en los prematuros. En esta etapa de la vida la piel es químicamente menos ácida, debido al ácido láctico y bajo contenido en ácidos grasos, lo que disminuye su resistencia a agentes infecciosos y parasitarios.

En cuanto a su función, destaca el insuficiente desarrollo de mecanismos defensivos: las glándulas sebáceas son escasas y el desarrollo del sistema inmune (de defensa) es inmaduro todavía, lo que condiciona riesgo a contraer enfermedades de la piel de tipo infecciosas e inflamatorias.

Revisaremos a continuación las características más frecuentes que pueden encontrarse normalmente en la piel de los recién nacidos y que no requieren tratamiento específico:

Al nacer los bebés están cubiertos por una capa de grasa que se llama vermix caseoso o unto sebáceo, útil para la protección contra infecciones cutáneas y como nutriente de la piel, evitando la descamación precoz dentro del vientre materno.

También puede apreciarse el lanugo, vello muy fino, sobre todo a nivel de hombros y dorso, que en los niños a término es escaso y desaparece a partir de la segunda semana de vida.

En lo referente al color, en los primeros minutos de vida la piel del recién nacido es de un tono discretamente violáceo, mientras se completa el proceso de adaptación pulmonar y se alcanza regulación adecuada de la temperatura; posteriormente la piel luce intensamente enrojecida (eritema fisiológico), incrementándose esta coloración en forma frecuente durante el sueño.

Después de 24 horas, empieza a disminuir el enrojecimiento y aparece en el 70 a 80 por ciento de los casos una coloración amarillenta, que en condiciones normales se llama ictericia fisiológica; esta se hace mas manifiesta en el tercero a cuarto día de vida y disminuye rápidamente, de modo que en la inmensa mayoría de los casos no es perceptible al duodécimo día. Los casos en el que tinte amarillo de la piel se incremente en vez de disminuir deberán siempre ser evaluados por el médico pediatra.

Normalmente los bebés presentan descamación de la piel que se denomina descamación fisiológica. Esta se presenta alrededor del segundo día de vida y será mas importante en los bebés más maduros y más leve y tardía en los prematuros; se completa alrededor de la primera a segunda semana de vida.

A nivel de la cara (raíz de la nariz, párpados y frente) y en ocasiones en la nuca (picotazo de cigüeña) se aprecian manchas rojas que se hacen más evidentes con el llanto y el calor y palidecen con el frío. Son “lunares” formados por vasos sanguíneos que se llaman hemangiomas capilares y que desaparecen al finalizar el primer año de vida.

En la región de la espalda (lumbar) existe a veces una mancha de color gris azuloso que desaparece a menudo hacia el primer año de vida. Es la mancha de Baltz, mejor conocida como “mancha mongólica”. No está relacionada con el mongolismo, pero toma ese nombre porque es mas frecuente en la raza asiática y en general, con la pigmentación racial de la piel.

Pueden encontrarse también en la cara de los recién nacidos elementos puntiformes que semejan “espinillas” sobre las alas de la nariz y de color amarillento que se denominan millium facial o quistes sebáceos, éstos desaparecen espontáneamente al segundo o tercer mes.

Asimismo pueden observarse lesiones mayores en mejillas y dorso de la nariz, que se denomina acné neonatal y está relacionado con el paso de hormonas de la madre a bebé, desaparecen también sin dejar cicatriz.

Por último la erupción que con mayor frecuencia se observa en los recién nacidos se denomina eritema tóxico neonatal y consiste en manchas rojas bien limitada en “granitos” rojos o blancos en su interior, que pueden aparecer en cualquier parte de la superficie de la piel, excepto en palmas y plantas. Se presenta en 30 a 70 por ciento de los recién nacidos, aparece con mayor frecuencia en el segundo día de vida, pero puede presentarse en cualquier momento durante las primeras dos semanas y persiste días o semanas, remitiendo por sí solo sin dejar cicatriz.

CUIDADOS GENERALES

Los cuidados generales que deben tenerse con la piel de los bebés recién nacidos son los siguientes:

1.- Baño diario con jabón de bebé, con la menor cantidad de perfumes o colorantes; deben evitarse los jabones llamados “neutros” y los de avena o manzanilla, que pueden secar más la superficie de la piel.

2.- No frotar la piel del bebé con estropajos, esponjas o toallas, solo utilizar la mano y el jabón.

3.- Aplicar al finalizar el baño, cremas (emolientes) sobre la superficie de la piel; se preferirán cremas que contengan petrolato sólido o líquido y se evitaran las que contengan perfume colorante en exceso. En las áreas con mayor descamación o resequedad puede aplicarse la misma crema varias veces durante el día.

4.- Evitar aplicar talco o aceites minerales sobre la superficie de la piel.

5.- Para el aseo de la zona del pañal se utilizará exclusivamente agua y algodón, asegurándose que se encuentra la piel seca antes de colocar el pañal.

6.- La ropa del bebé se preferirá del algodón; de manera general debe usarse solo pañal, playera y mameluco evitando abrigarlo en forma excesiva lo que puede favorecer la aparición de salpullido; debe cubrirse al bebé en forma proporcional a como se abrigaría el adulto. Se evitaran en condiciones normales gorros, guantes y fajeros.

7.- La ropa del bebé debe lavarse con jabón de pasta, evitando detergentes, suavizantes y cloro, que pueden irritar la piel e incluso en algunos casos ser tóxicos.

8.- Evitar aplicar cremas medicadas en la piel, sin ser indicadas por el pediatra o dermatólogo pediatra.

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